jueves, 12 de diciembre de 2013

La profunda transformación de la ciudad industrial






Uno de los miles de efectos de la revolución industrial fue lo que de forma informal llamamos el "boom urbano". Las hasta entonces pequeñas villas y ciudades se transformaron radicalmente.

Los campanarios de los monasterios y los viejos torreones de las casas nobles fueron superados por las altas chimeneas de las nuevas fábricas. Las personas emigraban del campo por millares buscando una oportunidad en las humeantes urbes industriales. Si en 1800 existían en Europa 23 ciudades de más de 100.000 habitantes, en 1900 ya eran más de 135, de las cuales 12 superaban el millón de habitantes. Las antiguas murallas se derribaban para crear grandes avenidas repletas de nuevos ingenios veloces y humeantes como los primeros automóviles y los tranvías y trenes urbanos.

La nueva ciudad nacida con la revolución industrial era un lugar de fuertes contradicciones entre ricos y pobres, pero también era un nuevo mundo dinámico, veloz y estimulante. Un laboratorio de nuevas ideas y formas de vida donde el anonimato de las grandes masas de personas permitían una libertad hasta entonces no experimentada.

En Berlin, un tal Walter rutman trató de captar todas estas imágenes y sensaciones en su "Sinfonía de una gran ciudad", hecha en el año 1927, ya muy asentada la segunda revolución industrial. Con esta versión con una canción de fondo mucho más animada y futurista que la original, esperamos transmitir las sensaciones de esas nuevas ciudades en contínua transformación.


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